sábado, 28 de noviembre de 2015

Cultura y Genialidades: Conmemorativa 2009 "X Aniversario de la UEM"


El 1 de enero de 2009 se celebró el X Aniversario de la Creación de la Unión Económica y Monetaria, por la que se constituyó el Eurosistema y se implantó el euro como moneda europea. Para conmemorar este acontecimiento se emitió una moneda de 2 euro, cuya cara nacional llevará un diseño común para todos los estados miembros de la zona euro, obra de George Stamatopoulos, escultor del Banco Central de Grecia. Como parte de las celebraciones de la década de existencia de la Unión Económica y Monetaria, se pidió a los ciudadanos y residentes europeos que eligieran un diseño para una moneda de 2 euros conmemorativa. De entre todos los diseños propuestos por las Casas de Moneda de cada uno de los países de la eurozona se seleccionaron cinco, que fueron los propuestos a los ciudadanos. En la votación, realizada “on line”, se cerró el 22 de febrero de 2008 con un total de 141.675 votos. El diseño ganador de George Stamatopoulos recibió un 41,48 por ciento de los sufragios.

La Unión Económica y Monetaria (UEM) es el área formada por el conjunto de países, dentro de la Unión Europea, que comparten no sólo un mercado, sino también una misma moneda, el euro, por lo que en ellos se ejecuta una política monetaria única. Además, coordinan las políticas económicas. La UEM supone no sólo la integración de los distintos países miembros en un Mercado Común en el que se respeten las "cuatro libertades", es decir, la libertad de circulación de mercancías, servicios, personas y capitales. Igualmente, se pretende el establecimiento de una Política Comercial Común respecto a los países que no pertenezcan a dicho Mercado Común. Además, la Unión Económica, que supone una coordinación de las políticas económicas para cumplir unos objetivos, se completa con la Unión Monetaria, proceso por el cual se instauró el euro como moneda única de una parte de los países de la Unión Europea. El deseo de formar una Unión Económica y Monetaria en el seno de la Unión Europea, nace de forma oficial en el año 1988, con el objetivo último de la implantación de una moneda única, el euro como continuación natural de la unión económica. El Consejo Europeo en junio de 1989, partiendo del informe Delors fija el establecimiento de la UEM como un proceso de carácter progresivo que debía nacer en 1990, y en el que se distinguen tres fases. En el informe Delors se atribuía a la existencia de una moneda única una serie de ventajas en cuanto se preveía que la nueva moneda llevara consigo un incremento de la actividad económica derivado de la eliminación de incertidumbres y costes de transacción por las operaciones de cambio de divisas, así como una mayor transparencia a los precios en los mercados comunitarios, facilitando así mayores intercambios.

Primera (1990 1993) en esta fase se suprimen las limitaciones al movimiento de capitales entre los Estados miembros y se refuerza la cooperación entre los bancos centrales de los países. En 1992 se firma el Tratado de Maastricht por el que se modifica el Tratado Constitutivo de la Unión para recoger la UEM. Este tratado preveía la supresión de las monedas nacionales por la moneda común y también fijaba una serie de condiciones económicas de convergencia, denominadas criterios de convergencia, relativas a la estabilidad de los precios dentro de unos parámetros marcados, al déficit público, a la deuda pública y a los tipos de cambio, que eran de obligado cumplimiento para los países que quisieran integrarse en la UEM.

Segunda (1994-1998) creación del Instituto Monetario Europeo, como predecesor del Banco Central Europeo. El 2 de mayo de 1998 se aprueban los once países que van a formar parte de la UEM a partir de 1999 al cumplir los requisitos establecidos en el Acuerdo de Maastricht. Dichos países eran Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Finlandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal.
Tercera (1999-2015) el 1 de enero de 1999 se fijan los tipos fijos de cambio de cada una de las monedas con respecto al euro y el Banco Central Europeo sustituye al Instituto Monetario Europeo. Dese esta fecha el euro existía como unidad monetaria, de cotización y cambio en los mercados, pero no existían los billetes y monedas de euro. El 1 de enero de 2002 entran en vigor las nuevas monedas y billetes de euro, sustituyendo a las de los respectivos países, que desaparecen. En 2001 se incorporó a la UEM Grecia. Posteriormente se ha añadido nuevos países, en 2007, Eslovenia; en 2008, Chipre y Malta, en 2009 Eslovaquia y en 2011 se produce la incorporación de Estonia. Letonia pasó a formar parte de la eurozona el 1 de enero de 2014. Y la última incorporación ha sido Lituania el 1 de enero de 2015, como el miembro número 19.

En el anverso, en la zona central de la moneda, se muestra un dibujo intencionadamente primitivo Geórgios Stamatópoulos, escultor del Banco Central de Grecia, que simboliza la larga historia de intercambios comerciales, desde el trueque prehistórico hasta la Unión Económica y Monetaria, de la que el euro forma parte. En la parte inferior del dibujo figuran las iniciales del autor del diseño ΓΣ. El dibujo está contenido en un círculo en el que aparece, en la parte superior y en mayúsculas, la leyenda ESPAÑA; en la parte inferior y en mayúsculas, la leyenda UEM y las cifras 1999-2009; a la izquierda, la marca de Ceca. Rodeando a todos los motivos y leyendas, en la zona circular exterior de la moneda, aparecen las doce estrellas de la Unión Europea. En el reverso común de la moneda, en el lado izquierdo, figuran las cifras que representan el valor de la moneda. En el lado derecho aparecen, de un extremo a otro, seis líneas verticales en las que se superponen doce estrellas, estando cada estrella situada junto a los extremos de cada línea. En el lado derecho figura, además, una representación del continente europeo. La parte derecha de esta representación queda superpuesta sobre la parte central de las líneas. La palabra «EURO» está superpuesta horizontalmente en la parte central derecha de la cara común. Debajo de la «O» de la palabra «EURO» figuran las iniciales del grabador («LL»), junto al borde del lado derecho de la moneda.

Moneda
Diseño anverso: Γεώργιος Σταματόπουλος, Geórgios Stamatópoulos
Diseño reverso:  Luc Luycx
Valor facial: euro
Peso: 8,50 gr.
Diámetro: 25,75 mm.
Grosor: 2,20 mm.
Forma: Redonda
Canto: grabado estriado con una leyenda diferente para cada país
Composición: Parte exterior - cobre níquel
Composición Parte interior: níquel latón
Anverso: Dibujo primitivo
Reverso: Mapa de Europa
Tirada: 7.940.500 unidades

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Cultura y Genialidades: Conmemorativa 2007 "Firma del Tratado de Roma"


A partir de enero de 2004, se denominarán monedas conmemorativas en euros, las monedas de 2 euros destinadas a la circulación, cuya cara nacional será diferente a la habitual y estarán destinadas a conmemorar un acontecimiento o personalidad relevante. Dichas monedas se emitirán con la periodicidad, el volumen y en las condiciones requeridas por su normativa comunitaria. En el año 2007, el 25 de marzo, se celebró el 50º aniversario de la firma del Tratado de Roma, por el que se constituyó la Comunidad Económica Europea, origen de la Unión Europea. Conmemorando este acontecimiento se emitió una moneda de 2 euro, cuya cara nacional llevará un diseño común para todos los estados miembros de la zona euro.


Firmado en 1957 con el nombre Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea, es junto con el Tratado de la Unión Europea uno de los dos textos fundamentales de las instituciones europeas, dado que desde 2002 las disposiciones del Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero se integraron, según lo previsto para su conclusión automática, en la Comunidad Europea. Desde el Tratado de Lisboa todas estas organizaciones se han fundido en una sola: la Unión Europea. El tratado estableció, entre otras cosas: Unión aduanera: la CEE fue conocida popularmente como "Mercado común". Se acordó un periodo transitorio de 12 años, en el que deberían desaparecer totalmente las barreras arancelarias entre los Estados miembros. Política Agrícola Común (PAC): esta medida estableció la libre circulación de los productos agrícolas dentro de la CEE, así como la adopción de políticas proteccionistas, que permitieron a los agricultores europeos evitar la competencia de productos procedentes de terceros países. 


Ello se consiguió mediante la subvención a los precios agrícolas. Desde entonces la PAC ha concentrado buena parte del presupuesto comunitario. Este tratado estableció la prohibición de monopolios, la concesión de algunos privilegios comerciales a las regiones ultraperiféricas, así como algunas políticas comunes en transportes. Ante el éxito impulsado por la mayor fluidez de los intercambios comerciales, el 1 de julio de 1968 se suprimieron todos los aranceles internos entre los Estados miembros, al tiempo que se adoptó un Arancel Aduanero Común para todos los productos procedentes de terceros países. Este mercado común afectaba solamente a la libre circulación de bienes. El libre movimiento de personas, capitales y servicios tuvo que esperar a que el Acta Única Europea de 1986 diera el impulso que hizo que en 1992 se estableciera el mercado unificado. Desde el 1 de diciembre de 2009, con la entrada en vigor de las disposiciones contenidas en el Tratado de Lisboa el TCE ha modificado su nombre, adoptando el nuevo de Tratado de Funcionamiento de la Unión (TFUE).

Al tratarse de una moneda bimetálica, los motivos están distribuidos en dos zonas de diferente aleación y color. El color de la zona central es amarillo oro. El color de la zona circular exterior es blanco plata. El color de la zona central es amarillo oro. El color de la zona circular exterior es blanco plata. En el anverso, en la zona central de la moneda, se muestra una imagen del libro en el que se firmó del Tratado de Roma el 25 de marzo de 1957, sobre un fondo que evoca el pavimento de la Plaza del Campidoglio de Roma, en la que se levanta el Palacio de los Conservadores, donde tuvo lugar la firma del histórico Tratado. Por encima del libro aparece la leyenda EUROPA. Por encima del conjunto formado con este motivo central, en sentido circular, y en dos líneas, las leyendas TRATADO DE ROMA y 50 AÑOS. En la parte inferior del motivo central, en sentido circular y en dos líneas, el año de acuñación 2007 y, la leyenda ESPAÑA. A la derecha, la marca de Ceca. Rodeando todos los motivos y leyendas, en la zona circular exterior de la moneda, las doce estrellas de la bandera de la Unión Europea. En el reverso común de la moneda, en el lado izquierdo figuran las cifras que representan el valor de la moneda. En el lado derecho aparecen, de un extremo a otro, seis líneas verticales en las que se superponen doce estrellas, estando cada estrella situada junto a los extremos de cada línea. En el lado derecho figura, además, una representación del continente europeo. La parte derecha de esta representación queda superpuesta sobre la parte central de las líneas. La palabra «EURO» está superpuesta horizontalmente en la parte central derecha de la cara común. Debajo de la «O» de la palabra «EURO», figuran las iniciales del grabador "LL", junto al borde del lado derecho de la moneda.

Moneda

Diseño: Ceca Alemana, personalización: Ceca Española
Diseño reverso: Luc Luycx "LL"
Valor facial: 2 euro
Peso: 8,50 gr.
Diámetro: 25,75 mm.
Grosor: 2,20 mm.
Forma: Redonda
Canto: grabado y estriado con una leyenda diferente para cada país
Composición: Parte exterior - cobre - níquel
Composición Parte interior: níquel latón
Anverso: Libro firma Tratado de Roma
Reverso: Mapa de Europa
Tirada: 7.938.434 monedas


sábado, 21 de noviembre de 2015

Cultura y Genialidades: Conmemorativa 2005 "Don Quijote de la Mancha"


A partir de enero de 2004, se denominarán monedas conmemorativas en euros, las monedas de 2 euros destinadas a la circulación, cuya cara nacional será diferente a la habitual y estarán destinadas a conmemorar un acontecimiento o personalidad relevante. Dichas monedas se emitirán con la periodicidad, el volumen y en las condiciones requeridas por su normativa comunitaria. La moneda de 2 euro conmemorativa de 2005 está destinada a la circulación, pero difiere de la moneda de 2 euro del sistema monetario vigente, en el diseño del anverso de la moneda. En esta primera emisión de monedas de 2 euro conmemorativas, el anverso está dedicado a rendir homenaje al más universal de los escritores españoles, Miguel de Cervantes, presente ya en las monedas de 10, 20 y 50 céntimos de euro, y en concreto a su obra más reconocida, «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha», de la que este año se conmemora el IV centenario de su primera edición.

Don Quijote de la Mancha es una novela escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra. Publicada su primera parte con el título de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" a comienzos de 1605, es la obra más destacada de la literatura española y universal, además de ser la más publicada y traducida de la historia después de la Biblia. Su segunda parte apareció en 1615 con el título de "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha". Es la primera obra genuinamente desmitificadora de la tradición caballeresca y cortés por su tratamiento burlesco. Representa la primera novela moderna y la primera polifónica; como tal, ejerció un enorme influjo en toda la narrativa europea. Por considerarse «el mejor trabajo literario jamás escrito», encabezó la lista de las mejores obras literarias de la historia, que se estableció con las votaciones de cien grandes escritores de 54 nacionalidades a petición del Club Noruego del Libro en el 2002; así, fue la única excepción en el estricto orden alfabético que se había dispuesto.

Cervantes redactó en agosto de 1604 el prólogo y los poemas burlescos que preceden a la primera parte, fecha en la que ya debía haber presentado el original para su aprobación al Consejo Real, ya que los trámites administrativos y la preceptiva aprobación por la censura se completaron el 26 de septiembre, cuando consta la firma del privilegio real. De la edición se encargó don Francisco de Robles, «librero del Rey nuestro Señor», que invirtió en ella entre siete y ocho mil reales, de los cuales una quinta parte correspondía al pago del autor. Robles encargó la impresión de esta primera parte a la casa de Juan de la Cuesta, una de las imprentas que habían permanecido en Madrid después del traslado de la Corte a Valladolid, que terminó el trabajo el 1 de diciembre, muy rápidamente para las condiciones de la época y con una calidad bastante mediocre, de un nivel no superior al habitual entonces en las imprentas españolas. Esta edición princeps de 1604 contiene además un número elevadísimo de erratas que multiplica varias veces las encontradas en otras obras de Cervantes de similar extensión. Los primeros ejemplares debieron enviarse a Valladolid, donde se expedía la tasa obligatoria que debía insertarse en los pliegos de cada ejemplar y que se fechó a 20 de diciembre, por lo que la novela debió estar disponible en la entonces capital la última semana del mes, mientras que en Madrid probablemente se tuvo que esperar a comienzos del año 1605. Esta edición se reimprimió en el mismo año y en el mismo taller, de forma que hay en realidad dos ediciones autorizadas de 1605, y son ligeramente distintas: la diferencia más importante es que El robo del rucio de Sancho, desaparecido en la primera edición, se cuenta en la segunda, aunque fuera de lugar. Hubo, también, dos ediciones pirata publicadas el mismo año en Lisboa.

Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares, el 29 de septiembre de 1547 y falleció en Madrid, el 22 de abril de 1616 fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español. Se le ha dado el sobrenombre de «Príncipe de los Ingenios». Probablemente residió en diversas poblaciones de España al tener que acompañar a su padre, que quería mejorar su profesión de cirujano. No existen datos precisos sobre los primeros estudios de Miguel de Cervantes, que, sin duda, no llegaron a ser universitarios. Parece ser que pudo haber estudiado en Valladolid, Córdoba o Sevilla. También es posible que estudiara en la Compañía de Jesús, ya que en la novela El coloquio de los perros elabora una descripción de un colegio de jesuitas que parece una alusión a su vida estudiantil. Hay que resaltar que, en Madrid, fue discípulo del profesor de gramática Juan López de Hoyos, quien en 1569 publicó un libro sobre la enfermedad y muerte de la reina doña Isabel de Valois, la tercera esposa de Felipe II. En 1569 salió de España, a causa de algún problema con la justicia, y se instaló en Roma, donde ingresó en la milicia, en la compañía de don Diego de Urbina, con la que participó en la batalla de Lepanto (1571). Nuevamente en España, tras once años de ausencia, encontró a su familia en una situación aún más penosa, por lo que se dedicó a realizar encargos para la corte durante unos años. En 1584 casó con Catalina Salazar de Palacios, y tras rehacerse económicamente viajó a Madrid y comenzó a escribir su novela pastoril La Galatea, obra que publicaría en 1585.


En 1587 consiguió un nuevo trabajo como Comisario de Provisiones en la Armada Invencible y con las relaciones que consigue acaba instalándose en Sevilla trabajando como proveedor real. Puesto que, si bien le acarreó más de un problema con los campesinos y una acusación por malversación, le permitió entrar en contacto con el abigarrado y pintoresco mundo del campo que tan bien reflejaría en su obra maestra, El Quijote, que comenzó a gestarse, según el prólogo a esta obra, cuando Cervantes acaba en la cárcel. No se sabe si con ese término quiso decir que comenzó a escribirlo mientras estaba preso o, simplemente, que se le ocurrió la idea allí. El éxito de este libro fue inmediato y considerable, pero no le sirvió para salir de la miseria. Al año siguiente la corte se trasladó de nuevo a Valladolid, y Cervantes con ella. El éxito del Quijote le permitió publicar otras obras que ya tenía escritas: los cuentos morales de las Novelas ejemplares, el Viaje del Parnaso y Comedias y entremeses.  En 1616, meses antes de su muerte, envió a la imprenta el segundo tomo del Quijote, con lo que quedaba completa la obra que lo sitúa como uno de los más grandes escritores de la historia y como el fundador de la novela en el sentido moderno de la palabra. 

En el anverso, en la zona central, aparece una representación de Don Quijote de la Mancha sujetando una lanza y, como fondo, unos molinos de viento. A la izquierda, en un sector de corona, de forma incusa, aparece la palabra ESPAÑA. Bajo este sector, la marca de Ceca M”. En el aro exterior de la moneda se reproducen las doce estrellas de la bandera de la Unión Europea; cuatro de ellas, correspondientes a las horas 1, 2, 3 y 4 de la esfera de un reloj, se presentan de forma incusa en un sector de corona situado a la derecha. El año de acuñación 2005 aparece en la parte inferior de la moneda, entre tres estrellas. En el reverso, aparece la cifra de valor 2 ocupando la zona izquierda de la moneda. A la derecha, el mapa de la Unión Europea y seis líneas verticales y paralelas que llevan cerca de cada uno de sus extremos, una estrella de cinco puntas. Sobre ello, la palabra EURO.


Moneda

Diseño y grabado: Begoña Castellanos García
Diseño reverso:  Luc Luycx
Valor facial: euro
Peso: 8,50 gr.
Diámetro: 25,75 mm.
Grosor: 2,20 mm.
Forma: Redonda
Canto: grabado estriado con una leyenda diferente para cada país
Composición: Parte exterior - cobre níquel
Composición Parte interior: níquel latón
Anverso: Don Quijote de la Mancha
Reverso: Mapa de Europa
Tirada: 8.000.000 de unidades


sábado, 14 de noviembre de 2015

Patrimonio Mundial, 2015 - Cueva de Altamira


La Cueva de Altamira, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1985, está situada en el término municipal de Santillana del Mar (Cantabria), fue el primer lugar del mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre durante el Paleolítico superior. El hallazgo fue hecho por el estudioso Marcelino Sanz de Sautuola, quien visitó la cueva por primera vez en 1875, época en que la ciencia oficial no admitía la existencia del arte en el periodo paleolítico. Durante más de 20 años la comunidad científica internacional se negó a asumir la veracidad de las pinturas y entabló disputas sobre el tema, hasta que, en 1902, el prehistoriador francés E. de Cartailhac publicó “Mea Culpa d’un sceptique”, reconociendo el valor original. A partir de entonces la cueva se convirtió en el lugar de encuentro de los investigadores sobre la historia y la evolución del hombre. 

La cueva tiene más de 270 metros de largo, con un trazado irregular por distintas salas, cubiertos de pinturas hechas hace unos 15.000 años. El más famoso es el techo de los polícromos, con figuras de grandes caballos de color rojo, bisontes, ciervos, toros, manos pintadas en positivo y en negativo, signos, puntos y otras representaciones. Para pintar utilizaron pigmentos naturales: los rojos o pardos eran obtenidos del óxido de hierro y el negro, del carbón, aplicados bien directamente o disueltos en agua. Para dar mayor volumen y sensación de relieve a las figuras, los artistas primitivos aprovecharon los salientes del techo y de las grietas. La cueva reúne unos 70 grabados en la roca y cerca de 100 figuras pintadas, constituyendo el yacimiento rupestre más importante de la historia de la Humanidad en el Paleolítico superior. En la misma se encontraron, también, objetos de sílex, huesos, restos de fauna y conchas que han servido para fijar la época de la cueva y de sus pinturas polícromas.


No es posible separar la pintura del grabado y viceversa, en algunas ocasiones unidos en el mismo trabajo y en otras en trabajos que comparten el espacio. En el caso de Altamira se encuentran pinturas, grabados y pinturas con grabados, de distintas escuelas, estilos o épocas y de distintas calidades técnicas. Es importante entender que la habitación de la cueva de Altamira se produjo durante miles de años y en periodos de tiempo no continuos, de ahí la acumulación de estilos y las diferencias entre ellos. La calidad de los trabajos de Altamira, como la de otras muchas cuevas, nos asegura que las herramientas utilizadas, tanto para grabados como para dibujos y pinturas, eran equiparables a las de los artistas de época histórica. Así por ejemplo, los buriles de sílex ofrecen una calidad de corte altísima; y las pinturas, masillas y otros pigmentos permiten adaptación a los soportes utilizados, etc. La evolución del arte no es como la de la tecnología, ya que no acumula sus innovaciones como, por ejemplo, lo haría un proceso de fabricación de vehículos.

La Cueva de Altamira es motivo de esta emisión formada por una hoja bloque que, impresa con un ligero relieve para simular el original de la caverna, reproduce una de las pinturas rupestres más conocidas que es el techo de los polícromos, con figuras de grandes caballos de color rojo, bisontes, ciervos y toros. Para pintar utilizaron pigmentos naturales: los rojos o pardos eran obtenidos del óxido de hierro y el negro, del carbón. En el sello aparece la moneda de la Cueva de Altamira puesta en circulación en 2015.

Características:

Hoja Bloque
Formato de la hoja: 150x104,5 mm.
Formato del sello circular: 32 mm.
Procedimiento impresión: Calcografía y Offset

Prueba de artista
Formato de la hoja: 150x104,5 mm.
Procedimiento impresión: Calcografía y Offset

Sello Plata
Composición: Plata 999 milésimas
Peso: 0,85 gr.
Espesor: 0,10 mm.
Relieve: 0,17 mm.
Diámetro: 32 mm.

Moneda
Valor facial: 2 euro
Peso: 8,50 gr.
Diámetro: 25,75 mm.
Anverso: Cueva Altamira
Reverso: Mapa de Europa


lunes, 9 de noviembre de 2015

Patrimonio Mundial, 2014 - Park Güel, Gaudí


Pocos artistas han tenido la fortuna de Antonio Gaudí en cuanto al número de obras, ocho en total, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la UNESCO. La obra que nos ocupa, está dedicada al Park Güell, una de las obras del genial artista catalán, más conocida y visitada de su extensa producción. Este proyecto, encargado una vez más por el empresario Eusebi Güell, consistía en la realización de una urbanización residencial sobre  la agreste ladera suroeste del Monte Carmelo, más conocido como Muntanya Pelada, ubicada al norte de la ciudad de Barcelona. La intención común del promotor y del arquitecto era crear un espacio respetuoso con la naturaleza y que escapara a la especulación. Para esto último, Güell ofrecía a los posibles compradores un contrato enfitéutico, en el que se exigía un respeto absoluto hacia el entorno natural. Gaudí por su parte,  influido por las ideas de Ebenezer Howard sobre las ciudades jardín británicas, de ahí la denominación anglosajona de “Park”,  planificó el terreno dividiéndolo en sesenta parcelas triangulares, edificables sólo en su sexta parte y cuyas viviendas no podían ocultar la vista del mar ni privar del sol a sus vecinos. El resto del terreno estaba dedicado a zonas comunes: conserjería, caballerizas, mercado, actividades lúdicas y culturales…y un sinfín de calles, caminos, viaductos, plazas y escaleras, que permitían el tránsito en un lugar plagado de rocas y desniveles. Las obras se ejecutaron de 1900 a 1914, período en el que solamente se logró vender una parcela a un abogado barcelonés amigo de Gaudí. El propio arquitecto se trasladó a vivir a la casa modelo, proyectada por su colaborador Francesc Berenguer; un año después Güell utilizó la antigua masía señorial, Casa Larrard, como domicilio familiar. Las condiciones de compra no sedujeron a la burguesía catalana de la época y el proyecto fracasó. Hay fracasos que se convierten en éxito; Güell comenzó a ceder el gran jardín privado para actos públicos y en 1922, cuatro años después de su muerte, el Ayuntamiento de Barcelona compró el recinto, abriéndolo a la ciudadanía en 1926.

Antoni Gaudí i Cornet, nació en Reus, 25 de junio de 1852, falleciendo en Barcelona, 10 de junio de 1926 fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán. Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que debían hacer. Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global atendiendo, tanto a las soluciones estructurales, como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís” hecho con piezas de cerámica de desecho.


Después de unos inicios influenciado por el arte neogótico, así como ciertas tendencias orientalizantes, Gaudí desembocó en el modernismo en su época de mayor efervescencia, entre finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, el arquitecto reusense fue más allá del modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en la observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide. La arquitectura de Gaudí está marcada por un fuerte sello personal, caracterizado por la búsqueda de nuevas soluciones estructurales, que logró después de toda una vida dedicada al análisis de la estructura óptima del edificio, integrado en su entorno y siendo una síntesis de todas las artes y oficios. Mediante el estudio y la práctica de nuevas y originales soluciones, la obra de Gaudí culminará en un estilo orgánico, inspirado en la naturaleza, pero sin perder la experiencia aportada por estilos anteriores, generando una obra arquitectónica que es una simbiosis perfecta de la tradición y la innovación. Asimismo, toda su obra está marcada por las que fueron sus cuatro grandes pasiones en la vida: la arquitectura, la naturaleza, la religión y el amor a Cataluña.

La Hoja Bloque, editada conjuntamente por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, FNMT-RCM y Correos, contiene una muestra de la prueba de una de las obras del genial artista catalán, en ella se representa el dragón, que se ha convertido en la imagen más popular del parque, un sello circular con facial de 3,16 euro que reproduce el anverso  de la moneda conmemorativa de 2 euros de 2014 cuya imagen reproduce una panorámica del Park Güel, y un sello en plata.

Características:

Hoja Bloque
Formato de la hoja: 150x104,5 mm.
Formato del sello circular: 32 mm.
Procedimiento impresión: Calcografía y Offset

Prueba de artista
Formato de la hoja: 150x104,5 mm.
Procedimiento impresión: Calcografía y Offset

Sello Plata
Composición: Plata 999 milésimas
Peso: 0,85 gr.
Espesor: 0,10 mm.
Relieve: 0,17 mm.
Diámetro: 32 mm.

Moneda
Valor facial: 2 euro
Peso: 8,50 gr.
Diámetro: 25,75 mm.
Anverso: Park Güel - Gaudí
Reverso: Mapa de Europa

martes, 3 de noviembre de 2015

"Euros con sabor español" Cartera 2015, Islas Baleares


Las Islas Baleares son una comunidad autónoma uniprovincial española, compuesta por las islas del archipiélago balear. Se encuentran situadas en el mar Mediterráneo, frente a la costa oriental de la península ibérica. Su capital es Palma de Mallorca. El archipiélago está formado por dos grupos de islas y numerosos islotes: las Gimnesias (Mallorca, Menorca, Cabrera y algunos islotes cercanos como Dragonera, Conejera o la Isla del Aire) y las islas Pitiusas (Ibiza y Formentera, junto con los distintos islotes que las rodean, como Espalmador y Espardell). Las Islas Baleares constituyen la segunda comunidad autónoma española con mayor número de turistas extranjeros, detrás de Cataluña. Recibe más de 9,8 millones de turistas extranjeros anualmente. Según los datos aportados por AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) Mallorca es el principal destino turístico en las islas, con el 65% del total. La sigue Ibiza, con un 37% y luego Menorca y Formentera, con un 18,13% y un 12,37%, respectivamente. Los turistas que visitan las islas provienen principalmente de Europa, sobre todo de Alemania y Reino Unido.

La geografía del archipiélago de las Islas Baleares comprende Mallorca, Cabrera, Menorca, Ibiza y Formentera. En total el territorio tiene 4.492 km² y va desde el nivel del mar hasta los 1.445 metros de altitud en el Puig Major de la Sierra de Tramuntana de Mallorca. Las coordenadas geográficas están entre los 40º5'48' y 38º40'30' de latitud N y entre 1º12'47' y 4º19' de longitud E. Ibiza está separada de la costa de la Comunidad Valenciana por sólo 75 km de mar, esta misma distancia separa Mallorca de Ibiza, la distancia mínima que separa Mallorca de Menorca es de 35 km. La capital de las Islas Baleares y de la isla de Mallorca es la ciudad de Palma de Mallorca, también llamada Ciutat de Palma. En ella se encuentra la sede del Gobierno Balear, del Parlamento de las Islas Baleares y del Consejo Insular de MallorcaAl margen del gobierno autonómico, cada una de las islas está dotada con una organización política y administración propia detentada por los denominadas Consejos Insulares: el Consejo Insular de Mallorca con asiento en la propia ciudad de Palma de Mallorca, el Consejo Insular de Menorca que tiene su sede principal en Mahón a pesar de que esta isla no tiene atribuida la capitalidad legal reconocida a ninguna población, el Consejo Insular de Ibiza cuya sede está en la ciudad de Ibiza y el Consejo Insular de Formentera con sede en San Francisco Javier. El Consejo Insular de Formentera fue creado en 2007 con la reforma del estatuto de autonomía de las Islas Baleares, ya que anteriormente Formentera e Ibiza compartían órgano de gobierno y administración. 

La Corona de Aragón experimentó durante los siglos XII y XIII una fuerte expansión hacia el Mediterráneo, que la llevó hasta las Baleares. El origen de la actual extensión del catalán se encuentra en la Corona de Aragón, donde el catalán era el idioma dominante y más hablado, hablado por el 80% de la población. Jaime I de Aragón capitaneó una flota que desembarcó en Mallorca a finales del verano de 1229. Después de largos combates que se prolongaron durante meses, el rey entró victorioso en la ciudad el 31 de diciembre de ese mismo año, los musulmanes supervivientes tuvieron tiempo de organizar diversos focos de resistencia en las montañas, lo que prolongó un par de años las luchas contra los musulmanes de Mallorca que, finalmente, terminaron convertidos en esclavos o semi-esclavos. Así, las Baleares fueron repobladas mayoritariamente por payeses del Rosellón, Gerona y Barcelona. Toda esta destrucción debilitó también al ejército de Jaime I hasta el punto de que, cuando Menorca pidió el vasallazgo de la Corona, se le concedió. Así, Menorca se convirtió en una Taifa autónoma, donde la religión y la cultura árabe se mantuvieron durante medio siglo más. Pero en enero de 1287, la flota de Alfonso III, el Franco, llegó al puerto de Mahón. Se pactó la capitulación de la isla de forma que los caudillos y nobles pudieron escapar a cambio de entregar al resto de la población para que se les esclavizara. Las Islas Baleares fueron repobladas por cristianos originarios del Ampurdán y de la Cataluña Vieja, quienes importaron el catalán a la zona. 

El escudo de las Islas Baleares está regulado en la Ley 7/1984, de 21 de noviembre, del escudo de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. Los historiadores Faustino Menéndez Pidal de Navascués y Juan José Sánchez Badiola lo documentan por primera vez en dos armoriales de la segunda mitad del siglo XIII: Wijnbergen y Lord Marshal's Roll, que lo atribuyen al rey de Mallorca. Otro armorial de la época, el del Hérault Vermandois, le asigna las armas aragonesas, y el de Gelre, del siglo XIV, las mismas armas, pero con los esmaltes invertidos; es decir, el campo de gules (rojo) y los palos de oro. Figura en el testamento de Jaime III de Mallorca (1349), fue utilizado posteriormente por diversos miembros de la Casa Real de Mallorca, del Reino de Aragón y de la monarquía española. En el siglo XIX se documentó de forma marginal como uno de los símbolos administrativos de las Islas Baleares. La descripción heráldica es: de oro, cuatro palos de gules (rojos), y una cotiza de azur (azul), puesta en banda, brochante sobre el todo. En Decreto de 7 y 16 de agosto de 1978, el Consejo General Interinsular lo adoptó provisionalmente como símbolo de las Islas Baleares. El escudo está constituido por las cuatro barras rojas en sentido vertical sobre fondo amarillo, cruzadas diagonalmente por una banda azul colocada desde el ángulo superior derecho a la parte inferior opuesta. La anchura de las barras rojas y la de los espacios amarillos serán iguales para unas y para los otros y equivaldrán a la novena parte de la anchura del escudo. La anchura de la banda azul tendrá la proporción de 1,5 respecto de la de las barras rojas. Alrededor del escudo se colocarán como adorno unos lambrequines de hojas de acanto de color dorado, de una anchura sensiblemente igual a la de las barras rojas. Tendrá la forma del escudo que en heráldica se denomina escudo español. 


Es  de los destinos más elegidos del Mediterráneo occidental y los motivos están claros. Encontrarás calas de ensueño, hermosas puestas de sol y una naturaleza desbordante. Puedes disfrutar de las islas como lo desees: con toda la tranquilidad que buscas o viviendo las noches más locas que puedas imaginar. Sus islas son lugares en los que perderse en sus pueblos marineros, descubrir sus paisajes de película o practicar deportes náuticos. Especialmente tranquilas son Menorca y Formentera, dos pequeños paraísos en el Mediterráneo. Las dos islas mayores son Mallorca e Ibiza. En la primera, destaca la capital, Palma, el Parque Nacional de Cabrera y la Sierra de Tramontana. Ibiza, por su parte, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su biodiversidad y cultura. Muestras de lo segundo son el yacimiento fenicio de Sa Caleta, la necrópolis de Puig des Molins y el centro histórico de Eivissa. Además, la isla de Ibiza es conocida mundialmente por sus divertidas noches sin fin en las que la música suena hasta el día siguiente.

La gastronomía de Baleares posee muchos puntos de contacto con la cocina catalana y valenciana. Es de características puramente mediterráneas. Las islas han sido conquistadas varias veces durante su historia entre árabes, franceses e ingleses, lo que puede decirse que ha dejado ciertas influencias culinarias. Cabe mencionar que existen marcadas diferencias entre la cocina mallorquina y menorquina fruto de diferentes influencias culturales. Las primeras noticias sobre una gastronomía balear aparecen en el siglo XV, pero quizás quien más se afanó en dejar cumplida cuenta de lo que encontró en sus visitas a las islas fue el Archiduque Luis Salvador de Austria, que es su obra Die Balearen dedica una parte a la gastronomía isleña. Distingue este autor entre cocina rural (más primitiva, basada en el pan, legumbres y frutas, que componen repetitivamente tres platos: sopas de col, escudellas de habas y pa amb oli, aceitunas e higos. Los amos de las possessions no comían distinto a los jornaleros, pero sí acompañaban las sopas con huevos fritos, sobrasada butifarra y xulla. Los domingos todos comían arroz con azafrán y cocina ciudadana con más variedad en carne y pescado, pan blanco, poca leche y mucho chocolate con dulces como ensaimadas y cuartos. Entre los ingredientes más típicos se encuentran el cerdo y sus subproductos, uno de los más típicos es la sobrasada (embutido con carne, tocino y abundante pimentón), que se consume de diversas formas: en Mallorca se hornea y se asa, y en Menorca se fríe. Existen otros embutidos, como el camaiot, la butifarra y el xolís. Entre los mariscos de todas las clases cabe destacar los denominados dátiles de mar (moluscos con forma y color de dátil) y las escupinyas (mejillón exclusivo de Menorca).

Illes Balears es una indicación geográfica protegida, utilizada para designar los vinos de la tierra elaborados con las variedades blancas Moll, Chardonnay, Macabeo, Malvasía, Moscatel de Alejandría, Moscatel de Grano Menudo, Parellada, Riesling y Sauvignon Blanc; y con las variedades tintas Callet, Manto Negro, Fogoneu, Monastrell, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Tempranillo y Pinot Noir. Seguramente los romanos fueron los primeros en importar la viña y en desarrollar su cultivo en las Illes Balears. Ya en el siglo I a. C., Plinio citó los vinos de las Islas Baleares comparándolos con los mejores vinos de Italia. Durante la dominación árabe, y a pesar de las prohibiciones coránicas, no desapareció el cultivo de la viña, que se siguió cultivando, incluso con los sofisticados sistemas de regadío inventados por los árabes. Durante el siglo XVIII la viña vivió una época de prosperidad, en el año 1862 hizo su aparición la plaga de la filoxera en Francia, tierra gran productora y consumidora de vino. Por este motivo Francia se vio obligada a la importación masiva de vinos (de España y de Italia) para poder afrontar la demanda interna. Por otro lado, y habida cuenta del buen precio y la facilidad de venta hacia el mercado francés, la viña se extendió rápidamente en las Illes Balears alcanzándose, entre el 1865 1890, el período de máximo esplendor del cultivo y de la producción de vino en las Balears. La década de los años noventa supuso, para el panorama vinatero de las Islas, uno de sus mejores momentos, en términos no de cantidad sino de calidad. El esfuerzo de los viticultores y vinicultores por la mejora de la calidad, y el interés de los consumidores por los productos de la tierra, han permitido situar los vinos de las Illes Balears en el lugar que les corresponde. Durante las últimas décadas, los vinos de las Islas han adquirido unas cualidades y una personalidad reconocida. Prueba de ello son las elevadas puntuaciones conseguidas por algunos vinos de las Illes Balears en diferentes certámenes, concursos y ferias.