jueves, 23 de julio de 2015

"Euros con sabor español" Carteras 2014, Extremadura - Galicia

- EXTREMADURA



Extremadura es una comunidad autónoma española situada en la zona suroeste de la península ibérica. Está compuesta por las dos provincias más extensas de España: Cáceres y Badajoz. Extremadura limita al norte con las provincias de Salamanca, Ávila (Castilla y León), al sur con Huelva, Sevilla y Córdoba (Andalucía); al este, con Toledo y Ciudad Real (Castilla-La Mancha) y al oeste, con Portugal. Su capital es Mérida (antigua Augusta Emerita), ciudad reconocida por el Estatuto de Autonomía como sede de la Junta de Extremadura. La superficie de Extremadura es de 41.633 km² lo que la sitúa como la 5.ª comunidad autónoma de España por superficie. Sus dos provincias son las de mayor superficie en España.

Extremadura reparte su territorio entre dos grandes cuencas hidrográficas, la del Tajo (Cáceres) y la del Guadiana (Badajoz) y tres cadenas montañosas paralelas: el sistema Central, las sierras Centrales Extremeñas y Sierra Morena. En la mayor parte de la región aflora el zócalo paleozoico aunque existen depresiones interiores más o menos grandes que acumulan arcillas y arenas del Terciario. La omnipresencia del granito y la pizarra obliga a los ríos a encajarse profundamente en el terreno. Las sierras interiores tienen un claro carácter apalachense, que es el tipo de relieve que predomina en las montañas de Extremadura. A pesar de la aparente homogeneidad de su geografía Extremadura posee gran variedad ecológica. Las mayores elevaciones se encuentran en el sistema Central: Calvitero (2.404 m), El Torreón (2.401 m), Canchal de Ballesteros (2.342 m), El Turmal (2.338), La Nijarra (2.214) todos ellos en el Valle del Jerte, Peludillo (2.250 m), Alto del Horco (2.162 m), Mesas Altas (2.070 m) y Peña Negra (1.637 m). En Las Villuercas se alcanzan los 1.601 m.

La población total de Extremadura en 2013 fue de 1.104.004 habitantes de los cuales el 34 % viven en las siete ciudades más pobladas de la comunidad autónoma: Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Don Benito, Almendralejo y Villanueva de la Serena. La región es la mayor productora de tabaco de Europa. Su territorio es cálido en el sur y templado, e incluso frío, en el norte. Está dotado de gran belleza medioambiental, sobre todo en el norte de la comunidad y de un gran Patrimonio Histórico. Cuenta así mismo con un importante sector turístico, concentrado en las ciudades de Mérida, Cáceres, Plasencia, Badajoz, Trujillo, Garganta la Olla, Cuacos de Yuste, Guadalupe o Hervás, y en comarcas como el Valle del Jerte, el Valle del Ambroz o La Vera. El pico más alto de la región es el Calvitero, situado en el noreste de la provincia de Cáceres, en el Valle del Jerte, con 2.405 msnm. Por Extremadura pasan dos de los ríos más importantes de la península ibérica: el Tajo, y el Guadiana. Gracias a ellos se produce una agricultura de calidad, con productos como pimentón, tomate, tabaco y arroz.


El escudo de Extremadura es descrito en el título I de la Ley 4/1985, de 3 de junio, del escudo, la bandera y del Día de Extremadura. Es un escudo con boca a la española. Timbrado en coronel abierto; compuesto de ocho florones de hojas de acanto, visibles cinco, engastado en piedras preciosas. Escudo medio partido y cortado. En el primer cuartel, de oro, un león rampante de gules linguado y uñado. En el segundo en campo de gules un castillo de oro mazonado de sable. En el tercero en campo de azur dos columnas corintias de oro rodeadas de una cinta de plata con leyenda «Plus Ultra» cargada de letras de gules. En punta ondas de azur y plata. Sobre el todo un escusón de plata con una encina de sinople fustada. La descripción oficial ha sido sin embargo objeto de numerosas críticas por parte de académicos heraldista. Pedro Cordero Alvarado ha ofrecido un detallado estudio de los errores que comporta, tanto de diseño como de blasonado y fundamento histórico y heráldico, ofreciendo el siguiente: Escudo cortado. : En campo de oro, un león de gules; partido, de gules, un castillo de oro, aclarado de azur. . De azur, una filacteria de plata, acostada y acolada a dos columnas corintias de oro, cargada en su centro con el lema: “PLUS ULTRA”, en letras de gules; en campaña, 4 ondas de plata y 4 de azur. Sobre el todo, un escusón cargado con una encina de sinople. Se timbra con una corona real abierta.



Extremadura cuenta con tres espacios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En Mérida, su capital, tienes que visitar su conjunto arqueológico, sede de un importante festival de teatro cada verano. En la ciudad de Cáceres, es imprescindible su Ciudad Vieja y, en las inmediaciones, el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Otro de los atractivos es su naturaleza, especialmente frecuentada por los aficionados a la ornitología. Destaca el Parque Nacional de Monfragüe, el Valle del Jerte y las dehesas. El Valle del Jerte es recomendable visitarlo en primavera, que es cuando florece el cerezo y el valle se viste de blanco. Las dehesas, por su parte, son el lugar donde pastan  los cerdos que dan origen al reconocido Jamón de la Dehesa de Extremadura. En Extremadura sorprende el paisaje, porque se alternan llanuras resecas, dehesas frondosas, montañas, pantanos, prados y extensiones cerealistas. Y en cada zona hay producciones diferentes, muy variadas, y unos platos influenciados por los cultivos y la ganadería. Casi siempre las recetas son sencillas, pero también se deja notar la influencia de la cocina conventual, que guardó y guarda secretos culinarios que sorprendieron en los monasterios y abadías a los visitantes ilustres que acudieron a ellos buscando reposo y paz y, seguramente también, una buena comida que restaurase su salud. Yuste, Guadalupe, Alcántara y otros muchos refugios dieron hospedaje a nobles y les ofrecieron delicias capaces de satisfacer al exigentísimo emperador Carlos V, entre otros.

La gastronomía de Extremadura es el conjunto de platos y tradiciones culinarias de la región de Extremadura. Algunos autores la han denominado como seria, grave y austera, de platos pastoriles y camperos. La apertura de la Vía de la Plata ha hecho que la cocina extremeña se haya divulgado por otras regiones de la culinaria española, mientras que al mismo tiempo la cocina extremeña se ha visto influenciada por otras tradiciones. La existencia de numerosos monasterios ha dado lugar a un esplendor culinario de recetas que han provenido de sus cocinas. Extremadura no tiene salida al mar, y los platos que ofrece son fundamentalmente cárnicos y compuestos de hortalizas diversas. En el terreno de la carne cabe destacar la gran producción de subproductos del cerdo, como pueden ser los embutidos y la chacinería en general. La producción porcina alcanza en esta región unas altas cotas de calidad, debido a que crían la raza ibérica alimentada con las abundantes bellotas. Una de las zonas de mayor producción porcina es las comarcas de Montánchez: se cuenta como leyenda que los buenos jamones de esta tierra (jamón de Montánchez) se deben a la persecución que hacen los cerdos de las víboras. También son dignos de mención los chorizos extremeños, el lomo embuchado y la patatera, abundantes en ajo y en pimentón de la Vera. La caza es abundante y cabe destacar la menor; uno de los platos de caza más conocidos son las perdices al modo de Alcántara, debido a una historia con las tropas francesas. Entre los pescados caben destacar las diversas recetas elaboradas con bacalao en salazón, como el bacalao dorado, sobre todo aquéllas que contienen la denominación de vigilia, como el potaje de vigilia.

Extremadura es una indicación geográfica protegida, utilizada para designar los vinos de la tierra elaborados con uvas producidas en las zonas vitícolas de la comunidad autónoma de Extremadura, España, y que cumplan unos requisitos determinados. Esta indicación geográfica fue reglamentada en 1999. En Extremadura se celebra los acontecimientos brindando con un vaso de pitarra de la propia cosecha. Se conoce como pitarra (antiguamente tinaja pequeña de barro) al vino elaborado desde antiguamente en las bodegas familiares de distintas zonas de Extremadura y zonas colindantes de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía. La artesanal recolección, pisado y cuidados que se realiza, y la escasez e incluso inexistencia de productos químicos, dotan a este vino de agradables sabores y aromas cabiendo destacar también altas tasas de graduación alcohólica. Estos vinos eran normalmente guardados en tinajas de barro de pequeña o mediana capacidad, tornando después al almacenamiento a gran escala en conos de barro. Actualmente se elabora vinos de esta categoría por toda Extremadura. Toda la región está bajo la Indicación Geográfica Protegida (IG) de vinos de la tierra, destacando Las Villuercas (con el famoso vino de Cañamero), Tierra de Barros, Valle del Alagón, Sierra de Montánchez, Sierra de Gata. También se produce vino de pitarra en zonas colindantes de las provincias de Toledo, Ávila y Córdoba. Es un vino fundamentalmente artesanal, por lo que la uva se moltura a la antigua usanza; en la mayoría de los casos, las estrujadoras, despalilladoras y prensas son manuales. Si bien, la crianza del vino tinto se realizaba en las tinajas/pitarras de barro características, actualmente no es raro encontrarse en los sótanos de las viviendas familiares, barricas de roble, y botellas de espumoso en rima, esperando pacientes su degüelle, para acompañar los momentos felices del hogar.


- GALICIA



Galicia es una comunidad autónoma española, situada en el noroeste de la península ibérica y formada por las provincias de La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, las cuales se dividen en 314 municipios que se agrupan en 53 comarcas. Geográficamente, limita al norte con el mar Cantábrico, al sur con Portugal, al oeste con el océano Atlántico y al este con el Principado de Asturias y con la comunidad de Castilla y León (provincias de Zamora y de León). A Galicia pertenecen el archipiélago de las islas Cíes, el archipiélago de Ons, y el archipiélago de Sálvora, así como otras islas como Cortegada, Arosa, las Sisargas, o las Malveiras. Galicia posee 2.747.559 habitantes (INE, 1 de enero de 2014), con una distribución poblacional que aglomera la mayor parte en las franjas costeras comprendidas entre Ferrol y La Coruña en el noroeste y entre Villagarcía, Pontevedra y Vigo en el suroeste. Santiago de Compostela es la capital política de Galicia, dentro de la provincia de La Coruña.

Galicia está definida en el artículo primero de su Estatuto de autonomía como una «nacionalidad histórica». Tiene una fuerte vinculación histórica con el Reino de Galicia. Aunque históricamente dividida en 7 provincias (La Coruña, Santiago, Betanzos, Mondoñedo, Lugo, Orense y Tuy), representadas en el escudo de Galicia; actualmente Galicia está conformada por cuatro provincias: Provincia de La Coruña, Provincia de Lugo, Provincia de Orense, Provincia de Pontevedra. Asimismo, Galicia también posee numerosas comarcas. Cada comarca comprende varios municipios que a su vez comprenden diversas parroquias. Administrativamente, la Galicia actual se estructura en las 4 provincias, 53 comarcas, 314 municipios y 3.778 parroquias. La parroquia es la división territorial tradicional de los municipios. Están en proceso de creación dos áreas metropolitanas, una en el norte (La Coruña-Ferrol) y otra en el sur (Vigo-Pontevedra). En Galicia existen 45 partidos judiciales, de los cuales 14 pertenecen a la provincia de La Coruña, 9 a la de Lugo, 9 a la de Orense y 13 a la provincia de Pontevedra

Los dos idiomas oficiales de Galicia son el castellano y el gallego. El gallego es reconocido como lengua propia de Galicia en su estatuto, y tiene con el portugués un tronco común (galaico-portugués). La independencia portuguesa en la Edad Media favoreció la evolución del portugués y el gallego hacia lenguas distintas, ya diferenciadas en el siglo XV. Recientemente se ha hallado el documento más antiguo escrito en gallego que se conserva, el cual data del año 1228, se trata del «Foro do bo burgo do Castro Caldelas» otorgado por Alfonso IX en abril de dicho año a la villa orensana de Allariz. Con el paso de los años el uso del gallego ha decaído en las zonas urbanas por la influencia del castellano. Aun así, es capaz de hablar gallego más de un 91% de la población y de entenderlo un 99%, según un censo realizado en 2001. Es el idioma porcentualmente más hablado de entre los propios de las nacionalidades históricas de España. Gracias a la Ley de Normalización Lingüística (Ley 3/1983, de 15 de junio), el uso del gallego ha aumentado considerablemente en la población como lengua más usada  debido a su necesidad en cada vez más campos de la educación y del trabajo en la comunidad autónoma. Con todo, hay cifras que indican que el 20% de los jóvenes entre 14 y 19 años son analfabetos funcionales en gallego.

El cáliz, figura heráldica que representa a Galicia, fue documentado por vez primera en el escudo de los reyes de Galicia (roys de Galyce) del Armorial Segar de Inglaterra en el año 1282. Ha experimentado diferentes cambios a lo largo de la historia. El actual escudo de Galicia es descrito en el artículo número 3 de la Ley de Símbolos de Galicia: El escudo de Galicia trae, en campo de azur, un cáliz de oro sumado de una hostia de plata, y acompañado de siete cruces recortadas del mismo metal, tres a cada lado y una en el centro del jefe. El timbre, corona real, cerrada, que es un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones de hojas de acanto, visibles cinco, interpoladas de perlas, y de sus hojas salen sendas diademas sumadas de perlas que convergen en un mundo de azur, con semimeridiano y ecuador de oro, sumado de cruz de oro. La corona, forrada de gules, o rojo. El himno gallego, Os Pinos, es el símbolo acústico más solemne de Galicia como comunidad política. El texto son las dos primeras partes del poema Queixumes dos pinos de Eduardo Pondal, y la música fue compuesta por Pascual Veiga. La letra se refiere a Galicia como la nación de Breogán, un héroe mitológico celta. Fue interpretado por primera vez en La Habana (Cuba), el 20 de diciembre de 1907.


Son exactamente 29.574 km de tierra gallega en el confín de Europa. No diga que Galicia es pequeña antes de recorrerla. Navegar es posible por sus 1.195 kilómetros de costa, de los cuales más de 300 son de playa, entre la ría de Ribadeo y la desembocadura del Miño. La anegación marina de los valles fluviales forma el paisaje típicamente gallego de las rías que permite la contemplación de estampas marineras en tierras que de otro modo serían interiores. De la cota litoral nos elevamos por encima de los 2.000 metros de altitud en el techo de la comunidad, Pena Trevinca (2.127 m), y en los altos de Os Ancares. Por el medio, Galicia es tierra de valles y montes suaves como las sierras de la denominada Dorsal Gallega que recorre el centro de Galicia de norte a sur. Pero sobre todo es el país de los 1.000 ríos, redondeo necesario debido al difícil cómputo de arroyos y riachuelos, la principal cuenca hidrográfica es la del Miño-Sil, sin olvidarnos del paisaje como creación humana. Casi la mitad de los núcleos de población existentes en España son gallegos. Un país de puentes y molinos, faros y puertos, castañales y viñedos, cruceros y hórreos, castros y pazos, iglesias y monasterios de arte fundamentalmente románico o barroco... Todo esto sería imposible sin su privilegiada posición geográfica, con amplias zonas de transición entre la región euro siberiana y la mediterránea. Hasta el momento Galicia cuenta con un total de 56 tipos de hábitats diferentes declarados de interés comunitario por la UE. Aproximadamente el 12% del territorio está sujeto a algún tipo de protección, y este porcentaje no va a parar de aumentar en los próximos años. Los ecosistemas submarinos y costeros de los 4 archipiélagos en las Rías Baixas gozan del máximo nivel de reconocimiento a nivel estatal. Su declaración como Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia lo ha convertido en el verdadero buque insignia de nuestro patrimonio natural. La Red Gallega de Espacios Protegidos incluye hasta el momento 6 parques naturales, donde la mejora en las condiciones de recepción de visitantes y la infraestructura medioambiental para su conservación y divulgación viene siendo continua. 

Galicia es una tierra en la que la cultura gastronómica está muy valorada y desarrollada. El complemento de un buen manjar es, por excelencia, un buen vino gallego, sabroso y aromático. Producto de gran tradición en la gastronomía gallega es el queso. La producción lechera tiene un importante peso en el conjunto agroalimentario gallego, y la experiencia adquirida durante tantos años, permitió la producción de una gran tipología de quesos de elevada calidad, muchos de ellos respaldados por las denominaciones de origen. En el mar, Galicia dispone de un importante almacén de productos alimenticios. La actividad pesquera, tanto de especies autóctonas cómo de las procedentes de otras zonas del mundo, se caracteriza por obtener una amplia variedad de especies y ser de elevada calidad, al igual que el marisco gallego, y otros productos de reciente consumo, como las algas, que sirven de complementos para múltiples platos. De la tierra, Galicia obtiene una gran parte de la producción de alimentos, como la patata, complemento de muchos platos gallegos, las condiciones climáticas favorecen el cultivo de este producto en diferentes zonas de la geografía gallega, con sabores variados. Las cebollas y los grelos, son otros de los productos agrarios de mayor consumo en la cocina gallega. La abundancia de zonas rurales facilitó no sólo la actividad agraria, sino también la ganadera, sobre todo la crianza de vacas y cerdos. Como complemento a cualquier tipo de comida, está un bueno pan gallego (pan de Cea, pan de Carral, o el pan de maíz, entre otros). Se produce en diferentes zonas de la geografía gallega. Por otra parte, la empanada es el entrante de la mesa gallega, por excelencia. Elaborada con diferentes ingredientes, es un producto tradicional de nuestra tierra y abierto a novedades (en los sabores, texturas, formas...). 

Vino de Galicia es vino español elaborado en la comunidad autónoma de Galicia en el extremo noroeste de España. Incluye el vino que se elabora en las provincias de La Coruña, Orense, Pontevedra y Lugo. Centro de Galicia se distinguen cinco denominaciones de origen: Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras. Ubicada a lo largo de la costa Atlántica, Galicia tiene un clima muy húmedo con una pluviosidad media de más de 1.300 mm al año. Las más de 2.000 horas de insolación que recibe la región ayuda a la alta humedad de la zona. La cadena montañosa Sierra de los Ancares forma el límite con Castilla y León al este y el río Miño forma parte de la frontera con Portugal al sur. La cercanía de la región con Portugal y su aislamiento con el resto de España marcó la influencia en el estilo de vinos de Galicia, siendo muchos de ellos más cercanos a los vinos portugueses que al resto de vinos españoles. La Denominación de Origen Ribeiro, que significa "ribera del río" en gallego, se ubica a lo largo del río Miño y sus afluentes. Es la Denominación de Origen más antigua de Galicia y una de las históricas de Europa, siendo la segunda en grado de conocimiento en España. Pocas zonas en Europa tienen la historia y el poso cultural vitivinícola que posee el Ribeiro, que constituyó un fenómeno comercial y vitivinícola desde hace más de 1000 años. Las variedades que destacan en el Ribeiro son: Treixadura, Torrontes, Albariño, Godello, Loureira, Silveiriña en blancas y Brancellao, Caiño Longo, Sousón y Ferrón en tintas. Estas variedades producen vinos muy aromáticos y con gran cuerpo. El ribeiro es un vino plurivarietal complejo y abanderado de Galicia durante siglos, y combina con la cocina gallega tanto popular, como con la nueva cocina internacional. Es un vino con aromas afrutados y florales; un vino que agrada al paladar y a los sentidos. 



miércoles, 22 de julio de 2015

"Euros con sabor español" Carteras 2013, Navarra - Valencia

- NAVARRA



Navarra denominada oficialmente Comunidad Foral de Navarra, es una comunidad foral española situada en el norte de la Península Ibérica. Limita al norte con Francia (departamento de Pirineos Atlánticos), al este y sureste con la comunidad autónoma de Aragón (provincias de Huesca y Zaragoza), por el sur con la de La Rioja y por el oeste con la del País Vasco (provincias de Álava y Guipúzcoa). Posee un exclave (Petilla de Aragón) rodeado totalmente por la provincia aragonesa de Zaragoza. Es el territorio correspondiente a la Alta Navarra del Renacimiento (la Baja Navarra forma parte de Francia). Está compuesta por 272 municipios y cuenta con una población de 640.790 habitantes (2014), de la que aproximadamente un tercio vive en la capital, Pamplona (196.166 habitantes), y más de la mitad en el área metropolitana de la misma (328.511 habitantes).

En el relieve de Navarra se diferencian dos zonas: Al norte la zona montañosa del Pirineo navarro, accidentada y abrupta, con una pendiente media del orden de 10-20 % y la cota más alta en la Mesa de los Tres Reyes (2.438 msnm.). Y al sur, la Ribera, zona de extensas llanuras con pendientes medias en general inferiores al 5 %. Entre ambas hay una zona de transición llamada Navarra Media o Zona Media, con sierras en su parte norte y amplias llanuras al sur con una pendiente de entre el 5 y el 10 %. Estas dos zonas están separadas por una línea que, partiendo de la Sierra de Codés, continúa por Santiago de Lóquiz, Andía, Echauri, Perdón, Aláiz, Izco, Leyre y Navascués. En la Montaña predominan los terrenos con una altitud superior a los 600 msnm, aunque también existen algunos terrenos que no la alcanzan. En la Ribera, sin embargo predominan los inferiores a 400 msnm, aunque algunas áreas superan incluso los 600 msnm. (Sierra de Peralta, Bardena Negra, Montes del Cierzo). Aproximadamente, el 40 % del territorio navarro está por encima de los 600 msnm. y el 60 % restante por debajo. También forman parte de su relieve los Montes Vascos.


Tras unos primeros años de expansión y la posterior merma territorial a manos de Castilla y Aragón, el Reino de Navarra se estabilizó con dos territorios diferenciados: la Alta Navarra, al sur de los Pirineos y en la que se encontraba la capital y la mayor parte de la población y los recursos, y la Baja Navarra o Navarra Continental, al norte de la cordillera pirenaica. El reino navarro colaboró activamente en el proceso histórico llamado Reconquista. Famosa es la participación del monarca navarro en la Batalla de las Navas de Tolosa, que supuso el principio del fin de la dominación musulmana de la península y se dice que es origen del actual escudo de Navarra. En su etapa de mayor expansión territorial, durante la Edad Media, el reino abarcó territorios atlánticos y se expandió más allá del río Ebro, hacia territorios situados en las comunidades autónomas contemporáneas de Aragón, Cantabria, Castilla y León, La Rioja, País Vasco y las regiones administrativas francesas de Aquitania y Mediodía-Pirineos, en las antiguas provincias de Gascuña y Occitania. Las capitales vascas de Vitoria y San Sebastián fueron fundadas por el rey navarro Sancho VI el Sabio.

El escudo de armas de Navarra es el emblema heráldico que durante siglos ha identificado a Navarra, a sus antiguos soberanos y a sus instituciones, siendo adoptado como uno de los símbolos oficiales de la comunidad según reconoce tanto la ley orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra como regulado por la Ley Foral 24/2003 de 4 de abril que regula los símbolos de Navarra. Tradicionalmente las cadenas son atribuidas a las que el rey navarro Sancho VII el Fuerte trajo como recompensa de la Batalla de las Navas de Tolosa y cuyos eslabones se hallan en varios puntos. En la Colegiata de Roncesvalles se encuentran las que fueron entregadas por el propio monarca, cuyos restos reposan en el mausoleo de la capilla de San Agustín. Otras partes de las cadenas fueron a parar al monasterio de Irache y otra a la Catedral de Santa María de Tudela, lugar natal de aquel rey de enorme estatura. Según la leyenda, las cadenas proceden de aquella batalla y encadenaban a cristianos cautivos rodeando la tienda del rey Miramamolín, siendo el rey Sancho el que rompió las cadenas. No obstante, las cadenas figuran con anterioridad a esa batalla en distintas partes de Navarra. La esmeralda representa la que fue robada supuestamente al rey Miramamolín en dicha batalla y se conserva en la Real Colegiata de Roncesvalles. No obstante las investigaciones recientes dan un origen muy diferente a las armas navarras que fueron posteriores a dicho monarca concretamente a su sobrino y sucesor Teobaldo I de Champaña y originalmente se blasonaron como carbunclo y no es hasta el siglo XIV en tiempos de Carlos III el Noble en que se empezaron a blasonar como cadenas y posteriormente se atribuyeron a dicha batalla recogida por primera vez en las «Crónicas de los Reyes de Navarra» escritas por Carlos de Viana.



Navarra es tierra de diversidad marcada por un paisaje de contrastes que ha perfilado a lo largo de los siglos pueblos y caracteres diversos, tradiciones diversas, climas y cultivos diversos. Diversidad donde los sentidos se entremezclan. Acaricie la escarpada silueta verde del Pirineo, y observe cómo se ondula y pierde fuerza cuando se acerca al perfil suave de la tierra yerma de la Ribera. Escuche el tranquilo azul que baja de las montañas del norte, la libertad de la llanura anaranjada del sur o el susurro de los recios muros de los monasterios y palacios que inundan nuestra geografía. Perciba el olor a tradición y esfuerzo que transmite la Ruta Jacobea a su paso por Navarra desde el legendario rincón de Orreaga/Roncesvalles, hasta la muy noble ciudad de Viana, que despide el Camino. Saboree los colores de la fiesta: el blanco y el rojo invaden los Sanfermines y las celebraciones populares del verano. No pierda de vista la variada gastronomía de esta tierra de exquisitas carnes y sabrosas verduras de la huerta de la Ribera, acompañadas por los excelentes vinos de la región. Déjese cautivar por el carácter de sus gentes: sosegado e introvertido en el norte y alegre y bullicioso en el sur. Navarra, una pequeña región en la que descubrirá grandes contrastes.

La gastronomía de Navarra, a pesar de las influencias que ha recibido durante siglos de las cocinas vasca, riojana y aragonesa, ha logrado hacerse con una personalidad propia. Dichas influencias se aprecian en mayor medida en las zonas fronterizas. Así, la gastronomía del norte de Navarra comparte con la del País Vasco (territorio con el que comparte vinculación cultural histórica) platos, ingredientes y productos como el Queso de Idiazábal, la sidra, la goxua. Mientras tanto, la gastronomía del sur de la comunidad foral, con una cultura vinculada tradicionalmente con las de las otras comunidades del valle medio del Ebro (La Rioja y Aragón) comparte con las cocinas de dichos territorios platos, ingredientes y productos como la menestra de verduras, el zurracapote o los espárragos. Cabe destacar también que Navarra ha sido el camino pirenaico de la ruta jacobea, y por tanto lugar de tránsito e influencia con Francia. La cocina navarra posee tradición escrita antigua. En la actualidad ha cobrado fama la cocina de miniatura, cuyo mayor exponente son los pinchos. Suele aludirse al Codex Calixtinus del siglo XII como primera guía para conocer la cocina navarra. La historia de Navarra da muestras a lo largo del tiempo con Francia y esto puede dar explicación del parentesco entre la cocina navarra y la cocina bearnesa. Se puede ver que la sopa de potaje de coles navarra es muy similar a la garbure de Bearne, existiendo otras similitudes en los potajes de acelgas, espinacas, acederas y demás. El estudioso de la gastronomía Víctor Manuel Sarobe Pueyo estudió un manuscrito conventual datado en el siglo XVIII firmado por el pseudónimo Antonio Salsete. Los ingredientes que posee Navarra abarcan desde las carnes de ganadería cuidadas en sus pastos, pasando por la abundante variedad de caza (mayor y menor) hasta los productos vegetales, algunos de ellos con denominación de origen.

Navarra es una denominación de origen española para vinos procedentes de la Comunidad Foral de Navarra. La zona vinícola se extiende desde el sur de la capital de la comunidad, Pamplona, hasta la cuenca del río Ebro. De entre los vinos con denominación de origen, los navarros constituyen un ejemplo de como ha evolucionado el sector en los últimos tiempos. Navarra, tradicional productora de vinos tintos, rosados y blancos, era conocida casi exclusivamente por sus vinos rosados. Esta situación ha cambiado y ahora ya es conocida por su amplia oferta de productos. Constituida en 1932, la denominación de origen Navarra no publicó su primer reglamento hasta 1967. El área de producción, de 18.840 ha., se divide en cinco subzonas: Valdizarbe: Agrupa a 25 términos municipales. Es la subzona situada más al norte. Tierra Estella: Agrupa a 38 términos municipales. Es la subzona medio – occidental. Ribera Alta: Agrupa un total de 26 términos municipales. Esta subzona está situada en el centro- sur de Navarra. Baja Montaña: Agrupa 22 términos municipales situados al noreste de la denominación, sobre la cuenca media del río Aragón. Ribera Baja: Agrupa 14 términos municipales. Subzona localizada en el sur de Navarra, y la más significativa en cuanto a superficie cultivada y número de bodegas que la integran.


- VALENCIA



La Comunidad Valenciana es una comunidad autónoma de España, la cual se constituyó como comunidad autónoma en el año 1982, al aprobarse su Estatuto de Autonomía, y desde el año 2006, cuando se reformó el Estatuto, se define a la Comunidad Valenciana como nacionalidad histórica, al amparo de lo dispuesto en el artículo segundo de la Constitución Española. El territorio actual valenciano, coincide en su mayor parte con el del histórico Reino de Valencia, el cual a lo largo de la historia ha recibido diversas denominaciones: así, a finales del siglo XIX se conocía como Región Valenciana y a partir de la década de 1960 se ha venido empleando la forma de País Valenciano. También se usa por abreviar, Valencia, aunque este último puede llevar a confusión con la ciudad o la provincia de Valencia.

Su territorio, con capital en Valencia, está situado en el este y sureste de la península ibérica. También forma parte del territorio valenciano el archipiélago de las islas Columbretes, la Isla de Tabarca y otras islas menores e islotes cercanos a la costa, además del Rincón de Ademuz, un exclave separado totalmente del resto del territorio valenciano por el municipio conquense de Santa Cruz de Moya al sur, y al norte por el municipio turolense de Arcos de las Salinas. Tiene una superficie de 23.255 km², siendo la autonomía más extensa de España. Está formada por las provincias de Alicante, Castellón y Valencia, y limita al norte con Cataluña y Aragón, al oeste con Castilla-La Mancha y Aragón, y al sur con la Región de Murcia. En el territorio de la Comunidad Valenciana habitan actualmente 5.004.844 personas en un total de 542 municipios. La mayor concentración de población de la Comunidad Valenciana se da en torno a la ciudad de Valencia, llegando su área metropolitana a 1.774.201 habitantes (INE 2011). de los cuales 797.028 (INE 2012) están empadronados en la ciudad. La segunda mayor concentración de población de la comunidad es la del área metropolitana de Alicante-Elche, la cual cuenta con 801.376 habitantes (2011).

Tras el establecimiento en la Constitución española de 1978 del Estado de las Autonomías, se aprobó un Estatuto de Autonomía para la Comunidad Valenciana en 1982, con un gobierno regional, la Generalidad, que asegura una administración propia en aspectos como la Sanidad o la Educación. Aunque su Estatuto de Autonomía se promulgó mediante el artículo 143 de la Constitución Española, posteriormente se aprobó en 1987 una ley que lo equiparaba competencialmente a las denominadas nacionalidades históricas (Ley Orgánica de Transferencia de Competencias de Titularidad Estatal a la Comunidad Valenciana, abreviadamente, LOTRAVA). Posteriormente, el Estatuto de Autonomía valenciano sufriría dos reformas, una en 1992 para incluir todas las competencias adquiridas por la LOTRAVA, y otra en 2006, de mayor calado, con competencias nuevas, y en la que se declara la Comunidad Valenciana como nacionalidad histórica en el primer artículo, siguiendo a otras comunidades que lo habían hecho con anterioridad.

El escudo o emblema de la Comunidad Valenciana está basado en "el símbolo representativo del Reino de Valencia más antiguo que se conoce, el que existía en la Puerta de la Xerea de la Ciudad de Valencia", de acuerdo con el Consejo del País Valenciano en 1978. La versión actual vigente está descrita en el Diario Oficial de la Generalidad Valenciana (DOGV) número 211, de fecha 13 de diciembre de 1984, y de título Ley de la Generalidad Valenciana 8/1984, de 4 de diciembre, por la que se regulan los símbolos de la Comunidad Valenciana y su utilización. El escudo, queda descrito de la siguiente manera: 1. El emblema de la Generalidad Valenciana se constituye con la heráldica del Rey Pedro el Ceremonioso, representativa del histórico Reino de Valencia, tal como es blasonado a continuación: 1.1. Escudo: Inclinado hacia la derecha, de oro, con cuatro palos de gules. 1.2. Timbre: Yelmo de plata coronado; mantelete que cuelga en azur, con una cruz paté curvilínea y fijada con punta aguzada de plata, forrado de gules; por cimera, un dragón naciente de oro, alado, linguado de gules y dentado de plata. Ya con anterioridad a la aprobación del Estatuto de Autonomía, en agosto de 1978, el Consejo Preautonómico del País Valenciano decreta la adopción del escudo como símbolo propio.



La Comunidad Valenciana te ofrece infinitas posibilidades de actividades y turismo para disfrutar en todos los sentidos. Gracias a un clima privilegiado podrás pasar días inolvidables junto al mar o en mágicas estancias de alojamiento rural. Practica el turismo y actividades en los más bellos parques naturales, sumérgete en las profundidades marinas y recréate con la práctica de los deportes náuticos. Vive la tradición de las fiestas en los bellos pueblos costeros y de interior...en la Comunidad Valenciana también hallarás tiempo para la distracción gracias a la amplia oferta cultural y de ocio de las grandes ciudades. La aventura y el saber te esperan en los parques temáticos de esta región abierta a quienes quieran disfrutar del golf, la gastronomía local o el turismo de congresos. Todo es posible en la Comunidad Valenciana en cualquier época del año. El litoral es un lugar privilegiado en el Mediterráneo con numerosas y espléndidas playas que se conocen en toda Europa por su naturalidad, belleza y calidad inigualables. Características que, unidas al cálido clima y a una inmejorable oferta de servicios, hacen de las playas de la Alicante, Benidorm, Valencia y Castellón un destino preferente para disfrutar de las vacaciones todo el año. En la Comunidad Valenciana encontrarás esa playas y calas con las que siempre has soñado: desde extensos arenales hasta recónditas calas, pasando por una gran variedad de playas accesibles y naturistas en las que no faltan los mejores servicios de alojamiento y restauración. Aguas cristalinas y arenas inmaculadas convierten un simple baño en un océano de sensaciones, a lo que hay que sumar las condiciones idóneas para la náutica y la práctica de actividades deportivas.

La gastronomía valenciana es la que se prepara tradicionalmente en la Comunidad Valenciana. Se enmarca dentro de la dieta mediterránea debido al uso del aceite de oliva, las verduras y el pescado. Existen importantes diferencias entre la cocina de las zonas costeras, donde el pescado y la verdura tienen mucho protagonismo, y la de interior, más rústica y con mayor importancia de los productos cárnicos. Sin embargo, ambas zonas tienen en común el hecho que caracteriza a la cocina valenciana: el empleo del arroz. Este cereal, cultivado desde la época musulmana en tierras valencianas, es muy apreciado y usado en infinidad de platos, entre ellos el más conocido a nivel internacional: la paella, un guiso de arroz seco, cocinado en una paella (sartén metálica poco profunda con asas que cede su nombre al plato) sobre un fuego de leña (preferiblemente de naranjo) preparado al efecto. Su popularidad es tal que muchas segundas residencias valencianas cuentan con un paellero, un espacio abierto o cerrado donde se cocina la paella a leña. Existen múltiples recetas, pero la fundamental en la región se compone de arroz, pollo y conejo, bajoqueta (judía verde) y garrofón. Suele incluir también vaquetas (una variedad de caracol) o albóndigas de carne (en la comarca de la Ribera). El color amarillo se consigue de manera tradicional con azafrán, aunque se ha popularizado el uso de colorantes artificiales. En las comarcas de interior son muy típicas las ollas u olletas, que se suelen preparar en invierno. Sus ingredientes principales son huesos, arroz, carne de cerdo, morcilla y legumbres. El puchero o cocido de pelotas es típico sobre todo del día de Navidad. Una preparación específicamente valenciana típica de la Albufera de Valencia es el all i pebre, guiso con patatas, pimentón y anguilas. En el interior y el sur de la Comunidad Valenciana, por influencia de la vecina Castilla-La Mancha son típicos los gazpachos manchegos, pudiéndose encontrar tanto los tradicionales que incorporan carne de caza como versiones de pescado y mariscos.

Valencia es una denominación de origen española constituida en 1932 para vinos procedentes de la provincia de Valencia. Ya en el siglo II a. C., el vino de Sagunto es mencionado en obras de Juvenal y Marcial. Este caldo alcanzaría fama durante la edad media aunque se tiene constancia del cultivo de la vid desde la época del Neolítico en el espacio que ahora ocupa la Comunidad Valenciana. Comunicada a través de un puerto marítimo que mira al mediterráneo, Valencia ha exportado sus vinos desde antiguo, de hecho buena parte de la producción de esta denominación de origen se destina al mercado exterior, esto hace que sus vinos tintos, blancos, rosados, rancios, dulces, espumosos de licor y espumosos aromáticos no sean muy conocidos en España. El suelo, con buena permeabilidad, varía según la altura, siendo de tipo fluvial en la zona más cercana a la costa, arcilloso a media altura y calizo y arenoso en las zonas más altas. El clima, mediterráneo, tiende a continental cuanto más hacia el interior sufriendo la influencia de fuertes vientos y aguaceros precisamente en esta última zona. La pluviometría media es de 400 mm. con zonas consideradas como áridas o semi-áridas y las temperaturas pueden oscilar de 38ºC en verano a -5ºC en invierno. El área de cultivo se divide en cuatro subzonas,  Valentin: situada al noroeste, y la de mayor extensión. Dado que el del terreno de cultivo va asciendo desde la costa hacía el interior, podemos, a su vez, distinguir tres áreas situadas a distintas altitudes: Cheste y Marquesado a 180 metros sobre el nivel del mar, Campos de Liria, a 280 metros de altitud y Serranía, a 550 metros. Alto Turia al oeste de Valentin y a 625 metros de altitud sobre el nivel del mar. Moscatel, que parte de límites occidentales de la ciudad, al nivel del mar, hacia el interior alcanzando una altitud de 100 metros. Clariano aislada de las otras zonas de cultivo y que limita al norte con Valencia capital y al sur con Játiva y Gandía.

lunes, 20 de julio de 2015

"Euros con sabor español" Carteras 2012 - Madrid - Melilla.

- MADRID 



La Comunidad de Madrid es una comunidad autónoma de España situada en el centro de la península ibérica y, dentro de esta, en el centro de la Meseta Central. Limita con las provincias de Guadalajara, Cuenca, Toledo, Ávila y Segovia. La Comunidad de Madrid es uniprovincial, por lo que no existe Diputación. Su capital, Madrid, es también la capital de España. Su población es de 6.448.270 habitantes (INE 2013), la cual se concentra en el área metropolitana. Esta comunidad, que forma parte de la región histórica de Castilla (reconocida además como castellana oficialmente en sus estatutos de autonomía), posee una posición central en la red de medios de transportes de EspañaAsimismo, cuenta con un rico patrimonio artístico y natural, con tres bienes Patrimonio de la Humanidad: el Monasterio y Sitio de El Escorial, la Universidad y casco histórico de Alcalá de Henares, y finalmente, el Paisaje cultural de Aranjuez.

La comunidad autónoma tiene una superficie de 8.021,80 km². Sus límites describen un triángulo equilátero aproximado, en el que su base está en la linde con la provincia de Toledo, al sur, y su vértice superior en el puerto de Somosierra, al norte. El término municipal de Aranjuez rompe esta forma triangular, a modo de apéndice que se adentra en la provincia de Toledo. Fuera de ese triángulo, rodeada por las provincias de Ávila y Segovia, se encuentra la Dehesa de la Cepeda, que pertenece al municipio madrileño de Santa María de la Alameda. La región está situada en el centro de la Meseta Central, en la parte septentrional de la Submeseta Sur, entre el Sistema Central (al norte y noroeste) y el río Tajo (al sur y sureste). Limita al norte y al oeste con Castilla y León (provincias de Segovia y Ávila) y al este y al sur con Castilla-La Mancha (provincias de Toledo, Guadalajara y Cuenca). Pico de La Maliciosa (2.227 m), uno de los más importantes de la región. La comunidad de Madrid tiene una altitud que varía entre los 430 msnm en el último tramo del Río Alberche en término municipal de Villa del Prado y los 2.428 metros en el pico de Peñalara. El relieve de la Comunidad de Madrid está definido por dos grandes unidades: la sierra y la llanura del río Tajo.


La conformación de la actual comunidad autónoma vino precedida de un intenso debate político, en el contexto preautonómico de finales de los años 1970. En un principio, se planteó la posibilidad de que la provincia formara parte de la comunidad de Castilla-La Mancha, si bien con un estatuto especial, dadas sus especiales condiciones al albergar la capitalidad del Estado. En el año 1981, se resolvió finalmente su desvinculación de esta región, heredera de la antigua Castilla la Nueva, a la que Madrid pertenecía desde el siglo XIX; y, en 1983, se constituyó la actual comunidad autónoma, aun así, conservando su castellanidad como rasgo esencial, reconocida de manera oficial en sus estatutos de autonomía. La Villa de Madrid fue elegida entonces capital de la comunidad, si bien han surgido diferentes iniciativas para que otras ciudades alberguen la capitalidad. Es el caso de Alcalá de Henares, que presentó oficialmente su candidatura en los primeros años 1980 y, más recientemente, de Getafe, que en 2006 anunció su aspiración de arrebatarle el título de capital a la Villa de Madrid.

Los dos castillos representan la vinculación de Madrid con las dos Castillas y su posición en medio de ellas. Las siete estrellas están tomadas del escudo de la ciudad de Madrid y hacen referencia a la constelación de la Osa Mayor. Primera unidad de relieve. Los castillos de oro sobre gules del escudo escogen, recogen también, el más característico símbolo castellano. Las dos comunidades limítrofes los lucen como emblemas. El hecho de estar pareados simboliza la pretensión de la Comunidad de Madrid de ser lazo entre las dos Castillas, fundiendo el símbolo fundamental de una y otra, al tiempo que viene a proyectar su propia complexión extensiva hasta los límites precisos de las cinco provincias que la abrazan: Toledo, Guadalajara y Cuenca, pertenecientes a Castilla-La Mancha; Segovia y Ávila, integrantes de Castilla-León. La Diputación provincial, órgano de gobierno de la región previo a la creación de la Comunidad de Madrid dispuso de un escudo cuartelado, típico de las Diputaciones provinciales, cuyos cuarteles se constituían de los blasones de los municipios capitales de los partidos judiciales en los que las provincias se dividen. La provincia de Madrid tuvo dos escudos de este tipo, el primero, otorgado en 1872, se componía de los escudos municipales de Alcalá de Henares, Navalcarnero, San Lorenzo de El Escorial, Colmenar Viejo, Chinchón, San Martín de Valdeiglesias, Getafe, Torrelaguna y el antiguo escudo de Madrid. Tras el reajuste de partidos judiciales a mediados del siglo XX, el escudo pasó a componerse de cuarteles con los escudos de Alcalá de Henares, Navalcarnero, San Lorenzo de El Escorial, Colmenar Viejo, Aranjuez y el escudo simple y actual de Madrid. Este escudo estuvo vigente hasta el fin de la Diputación provincial, en 1983.


En los últimos años el sector turístico está experimentando diversos cambios. El turismo rural es la alternativa perfecta a las opciones turísticas que la ciudad nos ofrece: el contacto directo con el medio natural, la belleza paisajística de sus parajes, el clima de relajación o la amplitud de recursos. En los más de 8.000 km2 de territorio regional se encuentran multitud de paisajes naturales y rurales que integran en muchos casos elementos o conjuntos patrimoniales muy destacados. La visita y el contacto directo con castillos, parques naturales, ermitas, pantanos, sendas, puentes, iglesias o cañadas ofrecen variantes turísticas casi ilimitadas y aúnan el disfrute con el aprendizaje de las formas de vida y mentalidad de las personas que habitaron o habitan en estos lugares. Existen destinos y escapadas para invitar a los madrileños y turistas a disfrutar de los Reales Sitios y Villas, visitar los conjuntos históricos, monumentales y artísticos que rodean la capital, conocer los yacimientos arqueológicos, reservas, parajes y espacios naturales. Recorrer distintas rutas turísticas y sendas, disfrutar de la gastronomía y los vinos de los pueblos de la región, conocer su arte, sus fiestas, su ocio y su cultura, con la posibilidad de practicar deportes y actividades al aire libre. Pueblos y municipios de la región idóneos para realizar una excursión, una escapada de fin de semana o disfrutar de unas pequeñas vacaciones. ¡Sal y quédate en Madrid !

La gastronomía de Madrid posee las tradiciones culinarias propias de la población inicial cuando Felipe II creó la capital, y posteriormente de los pueblos de su propia provincia que fueron aportando sus viandas a la cocina propia de la ciudad de Madrid. Es frecuente comprobar cómo el olor típico de la cocina madrileña es el de la fritura en aceite vegetal: los churros, los calamares a la romana, la tortilla de patatas, los bocadillos de calamares servidos en los bares, las patatas bravas, los chopitos, etcétera. los bares y restaurantes despiden este olor por las calles a casi cualquier hora del día. Muchos de los platos que poseen la denominación «a la madrileña» son originarios de las tascas y tabernas madrileñas. Algunos de los platos y costumbres culinarias más tradicionales tienen su origen en la emigración de poblaciones procedentes de diversas partes de España, que tuvo su existencia a comienzos de siglo XX. Los platos principales más populares en los bares y tascas madrileños suelen proceder de otras regiones españolas, adoptando en Madrid un carácter propio: Cocido madrileño: estofado de verduras y carne muy popular, que aparece frecuentemente en el menú de los martes en los restaurantes de la capital. Contiene garbanzos, carne (generalmente de vacuno), hortalizas y embutidos. Suele servirse en tres vuelcos o platos: primero una sopa hecha con el caldo; luego las legumbres y las hortalizas; y por último las carnes y los embutidos. Callos a la madrileña: una variante de los callos, probablemente introducida por los emigrantes asturianos llegados a la capital durante el siglo XIX. Se elaboran con tripas de vacuno o cordero, pata y morro de vaca, chorizo, morcilla, pimentón y otros aliños. Sopas de ajo: según algunos autores es el tercer plato madrileño. Su receta existe en verso y fue musicada en 1829 por José María Casares. Besugo a la madrileña: plato muy tradicional elaborado con besugo al horno. Es típico de la culinaria navideña. Judías a lo tío Lucas: plato contundente de judías remojadas y cocidas en aceite de oliva y ajo. Ensalada San Isidro: se trata de una ensalada con hojas de lechuga, aceitunas negras, huevo duro cortado en rebanadas y atún en lata.

Vinos de Madrid es una denominación de origen (D.O.) establecida en 1990 y con sede en Madrid (España). Certifica que éstos vinos han sido elaborados en la región de la Comunidad de Madrid y que han pasado los controles de calidad oportunos. El consejo encargado para establecer y vigilar estos controles de calidad es el Consejo Regulador de la Denominación de Origen "Vinos de Madrid". Asimismo, este Consejo es el encargado de la promoción de la calidad de estos vinos. Tres son las subzonas vitivinícolas amparadas a la Denominación de Origen "Vinos de Madrid"; la subzona "Arganda del Rey", la subzona "Navalcarnero" y la subzona "San Martín de Valdeiglesias". En total son más de 7.461,61 hectáreas de viñedo pertenecientes a 54 municipios del sur de la Comunidad de Madrid, siendo la subzona de "Arganda del Rey", situada en el sureste madrileño, la que más municipios comprende y la de mayor producción. La mayoría de la producción se centra en tintos jóvenes y rosados (subzona de Navalcarnero) y blancos, alguno de estos excelente para crianza (especialmente los de la subzona de Arganda). Existen, no obstante, tintos de Crianza, algún espumoso y los característicos sobre-madre


- MELILLA


Melilla (en lenguas bereberes: Mřič, Mritch) es una ciudad autónoma española, situada en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo, en el cabo de Tres Forcas. Es parte de la región del Rif y limítrofe con Marruecos, concretamente con las comunas de Farjana (al norte y el oeste) y Beni Ansar (al sur), ambas pertenecientes a la provincia de Nador. También está incluida en la zona geográfica natural de Guelaya. La ciudad y sus territorios se extienden sobre 12,5 km2 de superficie en la parte oriental del cabo de Tres Forcas. Alberga una población de 84.509 y presenta diversas particularidades fruto de su posición geográfica e historia, tanto en la composición de su población y sus actividades económicas, como en su cultura (fruto de la ejemplar convivencia de cristianos, musulmanes, judíos e hindúes). Dispone de una fortaleza construida entre los siglos XVI y XVIII, con almacenes, aljibes fosos, baluartes, fuertes, cuevas, minas, capillas, una de ellas la única obra religiosa gótica de África y hospitales, que es la más completa de esta orilla del Mediterráneo, aparte de los fuertes exteriores, neo-medievales construido a finales del siglo XIX. El patrimonio arquitectónico de Melilla está considerado, junto con el de Barcelona y por encima del de Madrid y Valencia, como uno de los mejores exponentes del estilo modernista español de principios del siglo XX

Se sitúa al noroeste del continente africano, junto al mar de Alborán y frente a las costas de Granada y Almería. Se encuentra dispuesta en un amplio semicírculo en torno a la playa y el puerto, en la cara oriental de la península de cabo de Tres Forcas, a los pies del monte Gurugú y en la desembocadura del río de Oro, a 1 metro de altitud sobre el nivel del mar. El núcleo urbano originario era una fortaleza construida sobre un montículo peninsular de unos 30 metros de altura. De clima mediterráneo, templado y húmedo, con vientos de poniente y levante, también ocasionalmente viento del Sáhara. Temperatura media anual 19 °C. Los inviernos son suaves en torno a los 12,8 °C en enero, siendo los veranos muy cálidos con una media en el mes de agosto de 25,2 °C. Las lluvias más intensas se concentran en los meses de invierno y primavera, mientras que el verano es una estación seca, registrándose 234 mm anuales de media. Las horas de sol anuales son muy elevadas, unas 2.500 horas.

El nombre original de la ciudad de Melilla en la época romana era Rusadir. El nombre de Melilla tiene una etimología incierta. Probablemente tenga origen bereber. El vocablo utilizado por los rifeños autóctonos de la zona es Mritch que viene de la raíz etimológica tamazight "Tamlilt" que significa literalmente "La Blanca", haciendo referencia a la piedra caliza de color blanco sobre la que se asienta Melilla. Es muy probable que la arabización del Rif asumiera este nombre "Tamlilt" y lo convirtiera en "Mliliat" cambiando la fórmula femenina del tamazight de la "t" inicial y final por la "ta marbuta" árabe ("t" final gráfica no fonética que hace que la palabra termine en un sonido "a"). Una vez que los castellanoparlantes llegaron a "Mlilia" es probable que cambiaran la arabización por un fonema más castellano como lo es la "ll", terminando por vocalizar la unión consonántica "ml" con una "e" de apoyo (inexistente en el árabe también) con el fin de "desarabizar" el nombre de la ciudad que ya era española. El resultado final de este proceso sería "Melilla". Otra teoría, es que el nombre de Melilla proviene de Mellitus, ya que en la época del Imperio Romano, la zona donde se sitúa la ciudad, era rica en miel y trabajaban la apicultura. Reflejo de ésto es que aparecen plasmadas en monedas de la época, abejas impresas en una de las caras de éstas.


El uso del escudo de Melilla, consistente en las armas de la casa de Medina Sidonia, fue concedido por Real Decreto de Alfonso XIII el 11 de marzo de 1913, y refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros, Álvaro de Figueroa, Conde de Romanones. El escudo se basa en las armas del Ducado de Medina-Sidonia ya que Juan Alonso Pérez de Guzmán, tercer duque de Medina-Sidonia, estuvo al frente de la expedición que conquistó la ciudad. El blasón que define al escudo de la ciudad de Melilla es el siguiente: Tiene Corona Ducal que señorea Guzmán el Bueno en actitud de lanza un puñal desde el castillo de Tarifa. Lo sostienen las columnas del estrecho de Hércules, con la inscripción "Non Plus Ultra". Incluye, asimismo, armas sobre campo de azur, dos calderas jaqueladas en oro y gules, gringoladas de siete serpientes en sinople, puestas al palo, bordadura de las Armas Reales de Castilla y León, de nueve piezas de gules, con castillos de oro, alternadas, con nueve piezas de plata con leones de gules. También lleva divisa en su parte superior, detrás del castillo de Tarifa, una cinta alada con la leyenda "Praefere Patriam Liberis Parentem Decet" (Conviene anteponer la Patria a la familia), y al pie del Escudo, pero fuera de él, un dragón en sinople.




Existe una ciudad que reúne todo el misterio de África y la historia de España: una pequeña gran ciudad con nombre propio que abre sus puertas al descubrimiento y la diversión. La ciudad de Melilla es la ventana desde la que se miran dos continentes. Un enclave en el Norte de África desde hace más de 500 años, bañada por el mar Mediterráneo, en la que los viajeros a los que les gusta el sabor de lo inédito encuentran unas vacaciones llenas de exotismo, de variedad cultural y de actividades al aire libre. Desde el encanto de las murallas centenarias de su Ciudadela, hasta la explosión colorista de su arquitectura modernista con más de 900 edificios modernistas y "art decó", Melilla ofrece a sus visitantes un sinfín de matices para que recorran sus calles. La presencia del mar y los sabores de las cuatro culturas se muestran en una exquisita gastronomía y en la variedad de las costumbres y expresiones artísticas de la ciudad. Pocas personas conocen la cantidad de atractivos que invitan a conocer la ciudad de Melilla. Desde auténticos tesoros que muestran todo el esplendor de una ciudad que vivió la historia como nexo de unión de dos continentes, hasta las playas de arena fina que unen Melilla con el mar Mediterráneo. Uno de los mayores atractivos de Melilla, y sin duda el que más invita a su descubrimiento, es el carácter de sus gentes. Aquí conviven diferentes comunidades (cristianos, musulmanes, hebreos o hindúes) manteniendo sus distintas identidades culturales, que llenan la ciudad de Melilla de sorprendentes contrastes y enriquecen los paisajes y las calles de la ciudad.


En esta ciudad autónoma del norte de África conviven desde hace siglos las cuatro religiones más importantes del mundo. La presencia de Cristianos, Judíos, Musulmanes e Hindúes conforma una gastronomía pródiga en matices que enriquecen las excelentes materias primas (especialmente marisco) con las que cuenta la zona. Las diferentes gastronomías que habitan en la zona llegan a su esplendor en las fiestas que celebra cada religión. Hispanos y mediterráneos son el Caldero de Pescado, que lleva rape, gallineta, rubio y gambas, la Cazuela de Rape a la Rusadir, y el Pastel de Pescados entre los que nunca faltan el rape, la aguja, gambas y cigalas. No podemos obviar tampoco el Choco con Garbanzos, ligero cocido pesquero. La cocina Bereber nos ofrece los Pinchos Morunos de Cordero, el típico Cuscús, que mezcla la carne de cordero troceada con hortalizas y especias; y los intensos Fideos al Corinto. Las Samosas hindúes son pequeñas y deliciosas empanadillas de forma triangular rellenas de una pasta hecha con patatas, guisantes, cebolla, cilantro, comino y zumo de limón. Las verduras al estilo Patiala, o la Raita de frutas y pepino son también importantes abanderados de la gastronomía hindú. El pescado cocho de origen hebreo, es un plato sabrosísimo elaborado con pescados de carnes recias (mero, rape, corvina) que se cortan en dados. También es hebrea la Tortilla de Colores y la suculenta Carne Encebollada. Existe un guiso llamado "De Las Cuatro Comunidades", elaborado con galletas hebreas, pimientos y zanahorias marroquíes, especies hindúes y lengua de ternera. Además de ser muy gustoso es un emblema de la convivencia de estas culturas. El tapeo es otro de los signos característicos de los melillenses, que gustan de tomar una cerveza o un vino acompañado por frituras del sobresaliente pescado recogido en el estrecho.